La Gomera tiene justo un tercio de su superficie protegida con arreglo a alguna de las categorías de la Ley de Espacios Naturales de Canarias. La mayor parte de esa superficie corresponde al Parque Nacional de Garajonay, declarado en 1981.
Garajonay, que ocupa el 10,7% del territorio de La Gomera, constituye una importante muestra del bosque de la laurisilva, por lo que también es Patrimonio Mundial, declarado como tal por la Unesco en 1986.
La isla de La Gomera posee 17 Espacios Naturales Protegidos por las leyes de la Autonomía Canaria. Estos están regulados e incluidos en una red de espacios protegidos del archipiélago. Además del Parque Nacional, hay ocho monumentos naturales, tres sitios de interés científico, un paisaje protegido, una reserva natural integral, una reserva natural especial, un parque natural y un parque rural.
El hábitat rupícola -de abruptos y verticales paredones- encuentra en este espacio una óptima representación.
Majona constituye un paisaje representativo de abrupta orografía, donde la erosión ha labrado unidades de grandes barrancos y acantilados de notable interés geomorfológico.
Los barrancos que configuran la cuenca del Cabrito constituyen un paisaje peculiar de gran tipismo
El conjunto de Valle Gran Rey representa un extraordinario paisaje armónico de tipo rural y gran belleza
El Monumento Natural de la Caldera corresponde al cono volcánico mejor conservado de la isla, en la que no ha habido actividad eruptiva en el último millón de años.
Se trata de un enorme pitón prominente y diferenciado del paisaje, con destacado interés científico por sus poblaciones de madroños y plantas rupícolas.
Franja de terreno acantilada de gran valor paisajístico que constituye el referente escénico de las poblaciones de Taguluche y Alojera
Constituye un enclave de gran interés científico por albergar elementos naturales de singularidad, valor paisajístico y enorme significación para la isla.
Este sector de la isla se caracteriza por contener elementos de alta valoración estética y cultural.
Los acantilados de Alajeró constituyen una unidad geomorfológica representativa y bien conservada, así como un elemento singularizado del paisaje
En el Charco del Conde es una excelente muestra de la flora de costa, con un interesante tarajal y con la presencia de aves limícolas.
Constituye uno de los mejores humedales que perduran en la isla de La Gomera, al tiempo que uno de los últimos saladares naturales de Canarias
La Fortaleza es un domo de valor científico y singularidad, con gran interés geológico y arqueológico
Tanto el barranco como la plataforma de Puntallana, los acantilados costeros y los roques de Aluce, son elementos singulares de destacado interés científico.
Situados al noroeste de la isla, suponen el mejor ejemplo en Canarias de pitón sálico, donde la erosión marina ha dejado al descubierto un espectacular conjunto de prismas
La espectacularidad de este roque radica en su carácter de elemento singularizado del paisaje, que constituye una estructura geomorfológica representativa de interés científico.
Declarado en razón de su singularidad y diversidad biológica y por la importancia de su bosque de laurisilva.
Son áreas que aseguran la conservación de la avifauna endémica y las especies amenazadas.
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